Actuar sobre las bacterias intestinales permite mejorar el estado de estrés de un individuo : esto es lo que acaban de concluir unos investigadores de la universidad de Shanghai (1), tras examinar minuciosamente 21 estudios científicos.
La ansiedad es uno de los síntomas más frecuentes en las patologías mentales. Varios estudios afirman actualmente que hay una importante relación entre la microbiota intestinal y la ansiedad. La microbiota intestinal también se denomina flora intestinal: es el conjunto de microorganismos que se encuentra en un instante “t” en los intestinos, es decir el intestino delgado y el colon (o “intestino grueso”). La microbiota está en constante movimiento, a través del ciclo de vida de los microorganismos, pero también a través de la alimentación, que aporta de forma regular nuevos elementos en este equilibrio ya inestable.
Se sabe que cuando la flora intestinal está alterada, ésta puede tener consecuencias perjudiciales en el estado mental a través del eje “intestino-cerebro” strong>. En efecto el intestino, gracias a millones de neuronas que lo componen, sube directamente información al cerebro mediante la producción de neurotransmisores. Por tanto, los investigadores han intentado saber más acerca de la eficacia que puede tener una acción sobre la microbiota, pasando revista de 21 estudios. Estos estudios profundizan sobre las consecuencias de la ingesta de probióticos (como el psicobiótico Lactoxira), en complementos alimenticios o mediante una alimentación adaptada rica en probióticos presentes naturalmente, sobre la ansiedad.
Ahora bien, la respuesta es clara: la regulación de la flora intestinal mediante una alimentación adaptada, completada con un complemento de probióticos, presenta efectos positivos sobre la disminución de la ansiedad .
Los probióticos son microorganismos que se encuentran en estado natural en el cuerpo de cada individuo desde su nacimiento: en el intestino, en la piel, en la zona genital, en la boca… A menudo se les denomina las bacterias “buenas” , ya que ésas permiten combatir a las bacterias “malas” y actúan en prevención para impedir que estas últimas se establezcan en el organismo, especialmente en el intestino.
Su eficacia se muestra en la regulación del estrés, y de los trastornos del estado de ánimo en general. Si éstas juegan un papel evidente para lograr una digestión tranquila actuando sobre la hinchazón abdominal (o los gases), el estreñimiento o la diarrea, también son eficaces en otras patologías como el síndrome del intestino irritable, las infecciones por helicobacter pylori (responsable de ciertas úlceras gastroduodenales y otros cánceres gástricos), las recaídas de colitis ulcerosa o de pouchitis (o reservoritis), o incluso las infecciones vaginales.
Los probióticos actúan según tres esquemas principales:
Una alimentación equilibrada, y especialmente rica en fibra, permite regular de forma natural la flora intestinal. Una alimentación rica en probióticos naturales aumenta este efecto de regulación.
Los probióticos se encuentran especialmente en los alimentos fermentados :
También se encuentran probióticos en forma de polvo o de cápsula, que permiten reforzar la acción de una alimentación equilibrada al aportar una cantidad muy grande de microorganismos directamente utilizables por el organismo. Éstos agrupan por regla general a los probióticos más eficaces y adaptados. Los más citados y utilizados son las bacterias lácticas y la levadura de cerveza (saccharomyces cerevisiae).
La ventaja de los complementos alimenticios está también en su envasado: es importante elegir cápsulas gastrorresistentes. En efecto, ciertos probióticos son destruidos por la acidez del estómago, y una forma galénica adaptada permite asegurar su camino hacia el intestino. Además, ciertos complementos alimenticios están enriquecidos con ciertos compuestos (salvado de arroz, fibras de acacia) que permiten una mejor absorción y una mejor digestibilidad.
Consideraciones que hay que tener en cuenta: los probióticos sólo están de paso en el intestino: por tanto, es esencial tomarlos regularmente para mantener sus efectos. Los probióticos han demostrado su eficacia: son elementos indispensables para el organismo. Además, tienen la ventaja de ser seguros, incluso aunque siempre se recomiende una opinión médica antes de tomar un complemento alimenticio con fines terapéuticos. Éstos serán más eficaces acompañados de una alimentación equilibrada: la combinación ideal para una flora intestinal armoniosa y una salud mental protegida.
Referencia científica
(1) Yang B, Wei J, Ju P, et al. Effects of regulating intestinal microbiota on anxiety symptoms: A systematic review. General Psychiatry. Vol. 32, 2019.
Estandarizado 2 x 1010 CFU/g. Un probiótico utilizado desde hace décadas en el tratamiento de la diarrea.
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