Según un estudio publicado en «Brain, behaviour and immunity», la toma de complemento de omega-3 marinos durante solo cuatro meses se ha asociado a un alargamiento de los telómeros en las células inmunitarias.
Los telómeros son finos filamentos que aparecen en los extremos de los cromosomas y que los protegen. Durante la división celular, el ADN de dichos cromosomas debe replicarse pero cada vez se observa un acortamiento de los telómeros y por tanto, una disminución de la duración de la vida de la célula. El acortamiento de los telómeros está por tanto estrechamente relacionado con el envejecimiento celular y la aparición del conjunto de enfermedades que acompaña al envejecimiento. Cuando los telómeros desaparecen, las células se destruyen, es la apoptosis o "muerte celular programada".
Diversos estudios, anteriores a este, han señalado que los telómeros son muy sensibles al estrés oxidativo y determinados expertos destacan claramente que la longitud de los telómeros podría ser un valioso marcador del envejecimiento biológico.
El equipo del profesor Jan Kiecolt-Glaser de la Universidad de Ohio y de Elizabeth Blackburn, pionera de las investigaciones sobre los telómeros, seleccionó a 106 adultos con sobrepeso. Cada uno de ellos se asignó a uno de los tres grupos siguientes: el primero recibía 2,5 g/día de omega-3, el segundo 1,25 g/día y finalmente, el último recibía sin saberlo una cápsula de placebo.
Los resultados mostraron que tras cuatro meses de aporte complementario de ácidos grasos omega-3, el nivel de F-isoprostanos, un marcador del estrés oxidativo, disminuyó sensiblemente en los dos grupos a los que se complementó con omega-3.
No se constató ninguna diferencia sobre la telomerasa, que es una enzima que permite alargar los telómeros más cortos y la longitud de los telómeros en los tres grupos. Sin embargo, se ha asociado una mejor relación entre el omega-6 y el omega-3 con los telómeros más largos, lo que sugiere que una mejor relación entre estas dos familias de ácidos grasos puede tener un impacto directo sobre el envejecimiento celular.
Los marcadores inflamatorios disminuyeron igualmente entre un 10 y un 12% en los dos grupos que recibían omega-3, mientras que los niveles aumentaron en un 36% en el grupo control. Esta constatación sugiere claramente que la inflamación es un parámetro que influye directamente en la longitud de los telómeros.
El aporte complementario de omega-3 marino, durante cuatro meses, aumentó de forma notable la longitud media de los telómeros y permitió así actuar sobre uno de los procesos clave del envejecimiento celular. Los resultados de este estudio confirman los de un estudio anterior, publicado en 2010, que demuestra que una concentración elevada de omega 3 circulante puede ralentizar el envejecimiento celular de los pacientes coronarios.