
Las alergias van en constante aumento en todo el mundo y en particular en los países industrializados. Según una hipótesis, podrían estar en parte relacionadas con la alteración de la flora intestinal y más concretamente, con una disminución de las poblaciones de Lactobacilos.
Las bacterias probióticas son microrganismos vivos que, cuando se ingieren en cantidad suficiente, ejercen multitud de efectos positivos sobre la salud general. Puesto que mejoran el equilibrio de la microflora intestinal actúan, entre otros aspectos, sobre las diarreas infecciosas, alivian las patologías intestinales inflamatorias y restauran la integridad de la mucosa.
Determinadas cepas de probióticos están reconocidas por sus propiedades inmunomoduladoras y, según ciertos estudios, se revelan como de gran eficacia para reducir los síntomas invalidantes de las alergias estacionales: lagrimeo e irritación ocular, estornudos repetidos, secreciones nasales muy claras y abundantes, picor en la garganta o el paladar, etc.
Durante cuatro semanas se distribuyó en varios grupos a 62 personas que padecían fenómenos alérgicos a los pólenes de abedul y se llevó a cabo el seguimiento de los mismos para determinar las cepas de probióticos eficaces en la reducción de diversos marcadores inmunitarios específicos relacionados con la alergia (descenso de las inmunoglobulinas E (IgE) y de las interleucinas IL-5 e IL-13) y, por tanto, susceptibles de atenuar la gravedad de los síntomas.
Tras un mes de uso, parece que el consumo de dos cepas de lactobacilos: Lactobacillus plantarum y Lactobacillus casei durante cuatro semanas consecutivas podría permitir la reducción significativa de los niveles de IgE y por tanto, la liberación de histamina, directamente responsables de los síntomas alérgicos.
Así pues, para limitar el impacto de las alergias estacionales a los pólenes, es imperativo volver a sembrar regularmente la flora intestinal con bacterias lácticas diversas y complementarias, incluidas las dos cepas de Lactobacillus plantarum y casei. Estas curas de probióticos se deben efectuar como mínimo en cada cambio de estación, o incluso después de cada tratamiento antibiótico o medicamentoso, preferentemente en ayunas por la mañana o al acostarse, con el estómago vacío.
Un mes antes de la estación de los pólenes implicados, ya sean de árboles, arbustos o del más común, las gramíneas, se revela necesario unir la toma diaria de varios millones de probióticos a la de otras sustancias nutricionales que ya han se han probado en este ámbito, como el ácido L-ascórbico y sobre todo, la quercetina, en la forma de dihidroquercetina o de isoquercetina, para disminuir la aparición de estos fenómenos estacionales.
Snel J, Vissers YM, Smit BA, et al. Strain-specific immunomodulatory effects of Lactobacillus plantarum strains on birch-pollen-allergic subjects out of season. Clin Exp Allergy. 2011 Feb; 41(2):232-42.