Recuperar el control del peso

un problema extremadamente complejo que necesita actuar en múltiples factores.
Con los años, el aumento de peso es casi inevitable si no se trata de luchar enérgicamente contra sus diferentes mecanismos, numerosos y con frecuencia estrechamente entrelazados.
La recuperación del control del peso requiere actuar especialmente sobre las múltiples señales que regula la ingestión alimentaria y los gastos energéticos. Se debe interferir con las señales de apetito y saciedad, mejorar el control de la glucemia, la quema y la oxidación de las grasas, estimular el metabolismo, favorecer la reducción del almacenamiento de grasas... Todo ello exige la intervención de diferentes nutrientes e ingredientes que, según sus características, serán beneficiosos para uno o varios de estos mecanismos.

Las causas del sobrepeso o de la obesidad no son fáciles de explicar. El consumo de grandes cantidades de alimentos asociada a la falta de ejercicio físico no son los únicos factores responsables. A medida que envejecemos, los gastos de energía y el metabolismo cambian y contribuyen al almacenamiento de grasas y al aumento de peso.

El cerebro, director de orquesta de la regulación hambre/saciedad

El organismo tiene sistemas muy sofisticados de regulación de la ingestión alimentaria y del almacenamiento de grasas. El cerebro es el director de orquesta de estos sistemas. Desde 1940 se había demostrado que una lesión cerebral a nivel del hipotálamo suponía en la rata un descenso marcado del consumo de alimentos y agua. En los años 50 se identificaron diversas regiones del cerebro implicadas en el hambre y la saciedad. Una zona del hipotálamo, el núcleo arqueado, se compone de dos grupos de neuronas:Unas, de actividad anorexígena, sintetizan los neurotransmisores que inhiben el apetito, las otras, de actividad orexígena, sintetizan los que estimulan el apetito.
La mayoría de los tejidos periféricos envían al cerebro mensajes nerviosos u hormonales. Así, para mantener el equilibrio energético, el cerebro debe recoger e interpretar constantemente señales hormonales, metabólicas y nerviosas emitidas por los tejidos periféricos implicados en la utilización y el almacenamiento de la energía (hígado, músculo, tejido adiposo). Como reacción, el cerebro pone en marcha una respuesta adaptada al nivel comportamental (comer o ayunar) y metabólica (producción de glucosa por el hígado y liberación de lípidos por el tejido adiposo o bien almacenamiento de energía en estos mismos tejidos en periodo de abundancia).
La regulación a corto plazo de la ingestión alimentaria pasa por el eje intestino/cerebro:La llegada de los alimentos al estómago supone una distensión gástrica, se estimulan los receptores de la pared del estómago los cuales transmiten, por intermediación del nervio vago, las informaciones al sistema nervioso central. La llegada de los alimentos al intestino desencadena la secreción de hormonas, entre ellas la GLP1 (glucagon like peptide-1), la oxintomodulina y el péptido YY, que envían al cerebro un mensaje de saciedad. El intestino también es un actor importante en la absorción y el metabolismo de los lípidos.
La regulación a largo plazo de la ingestión de alimentos hace intervenir a otras hormonas que envían también señales al cerebro. La insulina, producida por el páncreas, que tiene un efecto anorexígeno. La leptina, producida por el tejido adiposo, que activa en el hipotálamo una señal para fomentar la disminución de la ingestión alimentaria y el aumento del gasto energético. La grelina, producida por el estómago, única hormona circulante conocida por tener la propiedad de aumentar la ingestión alimentaria.

Lowat™ favorece la pérdida de peso al aumentar los niveles
de adiponectina y disminuir los de la grelina.

Lowat™ es una mezcla patenta de extracto de hojas de betel y de semillas de caupí, desarrollada para ayudar a gestionar el peso. Estas dos plantas se utilizan tradicionalmente en India desde hace siglos.
Lowat™ ataca la grasa disminuyendo su formación y su acumulación, aumentando la quema de grasas. Los resultados de un estudio clínico indican que su administración conlleva la pérdida de peso.

El betel (Piper betle) es una planta trepadora de la familia de las piperáceas que incluye las pimientas y el kava. El betel es un arbusto ayurvédico utilizado desde hace miles de años en el tratamiento de la diabetes, de la tos, las indigestiones y otros problemas de salud, que se encuentra en la India y en Malasia. Tradicionalmente, las hojas de betel se machacan con limón y nueces de arecasEl betel se utiliza de forma muy popular en diversos rituales y festivales hindúes, en India y en los países del este de Asia. El zumo de sus hojas se utiliza para curar la tos y las indigestiones en los niños. La hoja del betel es aromática, carminativa y estimulante. La administración a las ratas del extracto de hojas de betel por vía oral supone una reducción significativa de los niveles de glucosa sanguínea. El extracto de betel, en comparación con un grupo de control, tiene un efecto claramente beneficioso en caso de hiperlipidemia.
El caupí (Dolichos biflorus) es una pequeña liana trepadora que se usa por lo general en etnobotánica y como «remedio casero» para curar la litiasis urinaria, la disuria y las hemorroides. Se emplea asimismo para reducir los cálculos renales. La administración de caupí en laboratorio a conejos demostró que tiene un efecto protector en diferentes tejidos contra el estrés oxidativo causado por una alimentación rica en grasa. Reduce también los lípidos. Se describió que el polvo de caupí tenía propiedades antidiabéticas.
Lowat™ se desarrolló después de evaluar el efecto de más de 480 plantas sobre las células grasas, los adipocitos. El caupí y el betel demostraron ser los más eficaces. Y juntos lo son aún más que por separado. Actúan sobre la adipogénesis, la formación de grasas de reserva en el organismo, lo que ayuda a controlar mejor la pérdida de peso. La eficacia de este extracto patentado ha sido demostrada.
Un estudio clínico, aleatorizado, doble ciego y controlado contra placebo, demostró que la ingestión diaria de 900 mg de Lowat (en tres tomas de 300 mg) durante ocho semanas, en comparación con sujetos que seguían únicamente un programa que asociaba régimen y ejercicio físico :

• reduce de tres a cuatro veces más el peso corporal. La reducción de peso comenzaba a producirse a las dos semanas de la ingestión;
• aumenta en un 15% la adiponectina, la hormona que quema las grasas;
• reduce la grelina, la hormona que produce el hambre en un 17 % ;
• disminuye los niveles de glucemia y triglicéridos.

La grelina, la hormona del estómago que aumenta las ganas de ingerir alimentos

La grelina es la hormona del hambre, actúa en el cerebro para estimular el apetito y el consumo de alimentos. Su concentración aumenta antes de las comidas y disminuye tras estas. Se considera como el antagonista de la leptina, producida por los adipocitos y que causa la saciedad.
Según un estudio reciente presentado en la conferencia de la Endrocrine Society, la grelina intensifica la necesidad de alimentos muy calóricos en relación con alimentos poco calóricos¹. En este estudio, adultos obesos con buena salud, 13 hombres y 5 mujeres, contemplaron imágenes de alimentos en tres mañanas diferentes:una vez después de haberse saltado el desayuno y dos veces unos 90 minutos después de haber desayunado. En los dos últimos casos, recibieron una vez una inyección de agua salada (como control) y otra vez una inyección de grelina. Ni los científicos ni los voluntarios sabían qué contenía la inyección.
No se observé diferencia de atracción por los alimentos hipocalóricos. Cuando los sujetos habían desayunado y recibido una inyección de agua salada, los alimentos hipocalóricos eran tan atrayentes como los hipercalóricos. En cambio, si los sujetos habían recibido grelina después de desayunar, los alimentos ricos en calorías, y en especial los postres, eran los más atractivos. El Dr. Tony Gladstone piensa que la grelina imita al ayuno, engañando a la atracción por la comida y orientándola hacia alimentos muy calóricos. Las modificaciones de las preferencias que sentimientos con respecto a los alimentos cuando nos saltamos una comida se podrían explicar por los cambios en los niveles de grelina en nuestra sangre, que ayudan a regular nuestro consumo calórico general.
Por tanto, parece posible reducir las ganas irresistibles de ingerir alimentos ricos en calorías, bloqueando la acción de la grelina y, de este modo, favorecer la pérdida de peso en las personas obesas o con sobrepeso.

La adiponectina, la hormona que quema las grasas,

La adiponectina es una hormona secretada en los adipocitos. Desempeña un papel importante en el mantenimiento de un metabolismo normal y de un peso corporal sano. Sus concentraciones disminuyen en caso de obesidad, de insulinorresistencia y de diabetes de tipo II. Las concentraciones de adiponectina se elevan con la pérdida de peso, lo que sugiere que un aumento de la adiposidad podría aumentar la sensibilidad de los adipocitos a la insulina.
El aumento de peso que comienza con la edad adulta se caracteriza por una hipertrofia de los adipocitos, las células adiposas, que almacenan demasiada grasa. El tamaño de los adipocitos está controlado por los factores de transcripción genética y está en estrecha relación con la expresión de la adiponectina. Cuanto más débil es esta expresión, más grandes son las células adiposas.
Además, los estudios muestran que la adiponectina tiene papeles antiateroescleróticos, antiinflamatorios y antidiabéticos. Los niveles circulantes elevados de adiponectina protegen de las enfermedades de las arterias coronarias, mientras que en los individuos con sobrepeso se observan niveles bajos. Los efectos sensibilizadores a la insulina de la adiponectina representan una nueva arma de tratamiento para la insulinorresistencia, la diabetes de tipo II y la obesidad.

Controlar el apetito

La solución más sencilla para perder algunos kilos consiste a priori en aumentar el gasto energético o disminuir la cantidad de alimentos que se consumen. Pero no es tan fácil cuando hay que vérselas con… el hambre.
El hipotálamo recibe todas las señales relativas a las ganas de comer y a la saciedad:primero el estómago, cuyo vacío se manifiesta por una sensación de hambre. Después el páncreas, que mide constantemente la glucemia y que, cuando se eleva demasiado, produce insulina para reducir la tasa de azúcar en sangre. Esto conlleva una hipoglucemia que tiene como resultado, entre otras cosas, la sensación de hambre. Numerosos neurotransmisores intervienen en respuesta estas señales, y en especial, la adrenalina y la noradrenalina.
El DMAA (dimetilamilamina) imita la acción de la adrenalina y actúa sobre el sistema nervioso central con un efecto anorexígeno (quita-hambre). Esta molécula está presente en estado natural en el geranio.

Dos plantas grasas, utilizadas desde hace siglos por las poblaciones de cazadores, ayudan eficazmente a quitar el hambre. Hoodia gordonii es utilizada por los Sans o bosquimanos de África del sur. Cuando salen a cazar durante un largo periodo, tienen la costumbre, para aguantar el hambre y el cansancio de masticar un tallo de Hoodia. Gracias a ellos consiguen aguantar tres o cuatro días sin beber ni comer. El Hoodia contiene un principio activo que posee determinadas características de la glucosa. Por su parte, los aborígenes de la India utilizan Caralluma fimbriata. Mastican trozos de esta planta para aguantar toda la jornada de caza sin comer ni beber. Los estudios han demostrado que Caralluma fimbriata actúa especialmente en los niveles de leptina.

El extracto de Irvingia gabonensis actúa eficazmente sobre la resistencia a la leptina

La leptina supuestamente es la señal responsable del equilibrio a largo del consumo de alimento y del gasto energético y, en consecuencia, de la constancia de las reservas totales de energía en el organismo, así como de la estabilidad del peso.
Los adipocitos liberan leptina en respuesta a un aumento de las reservas de materias grasas para efectuar tareas esenciales. Mediante una retroacción negativa, informa al cerebro para que permita por una parte la detención de la ingestión de alimentos y por otra, el aumento del gasto energético. Suprime el apetito, disminuyendo así el consumo de alimentos y favoreciendo la pérdida de peso. A continuación parece desencadenar un proceso por el que los triglicéridos almacenados en los adipocitos se convierten en ácidos grasos que se pueden utilizar para la producción de energía.
De modo inverso, el descenso en la producción de leptina que causa la disminución de las reservas de lípidos dirige la reaparición del apetito y el descenso del gasto energético, lo que tiene como resultado el aumento de peso. Si un sujeto obeso o con sobrepeso adelgaza mediante un régimen, por enfermedad o por la práctica de ejercicio físico, la reducción de masa grasa se acompaña de una disminución de los niveles de leptina, lo que supone una reaparición del apetito y una caída del metabolismo energético dirigido a luchar contra la pérdida de peso.
La leptina es inhibidora de la expresión del neuropéptido Y que:
• estimula la ingestión alimentaria ;
•disminuye la termogénesis;
• aumenta los niveles de insulina;
• aumenta los niveles de cortisona;
por la intermediación de los receptores β-3-adrenérgicos del sistema nervioso simpático.
La leptina provoca entonces una reducción de la ingestión de alimentos, un aumento de la termogénesis y del mecanismo basal.
Al unirse a la leptina, la proteína C-reactiva le impide cumplir su misión de forma eficaz. Los estudios han demostrado que el extracto de Irvingia gabonensis reduce los niveles de proteína C-reactiva, actuando así sobre la resistencia a leptina, responsable del fracaso de numerosos regímenes y favoreciendo la pérdida de peso con eficacia. El extracto de Rhodiola rosea y la N-acetil carnitina refuerzan esta acción al actuar sobre la sensibilidad de los receptores de la leptina y sobre la señalización de esta última.

Las fibras tienen múltiples efectos beneficiosos

Los estudios científicos han documentado de forma importante la capacidad de las fibras hidrosolubles de inhibir la absorción de los hidratos de carbono, reducir el colesterol y la lipoproteínas de baja densidad (LDL), crear más rápidamente una sensación de saciedad e inducir la pérdida de peso. Numerosas plantas son ricas en fibras hidrosolubles.

La alimentación contemporánea contiene con demasiada frecuencia una cantidad insuficiente de fibra, que desempeña un importante papel en la salud y el bienestar. Las fibras de origen vegetal no son digeribles, pero son indispensables para el buen funcionamiento del tránsito intestinal. Se trata de sustancias residuales procedentes de la pared celular de los vegetales, constituidas de mezclas complejas de glúcidos identificados como polisacáridos no almidonados. Al no ser digeridas por el organismo, las fibras llegan intactas al tubo digestivo hasta el intestino grueso. Las fibras solubles ayudan a modular los niveles sanguíneos de colesterol y de glucosa. Aumentan la actividad bacteriana en el colon. Su degradación por las bacterias produce sustancias que estimulan las contracciones del intestino y favorecen la evacuación de las heces. Las fibras insolubles retienen agua, aceleran la actividad intestinal, reducen la duración del tránsito y favorecen su regularidad. Al disminuir la duración del tránsito ayudan además a reducir la cantidad de toxinas que podrían absorberse. Puesto que regulan la absorción de glúcidos y lípidos, constituyen igualmente una valiosa ayuda para el adelgazamiento. Influyen además en la saciedad, ya que al empaparse de agua en el estómago reducen el apetito. El propolmanano, el psyllium, el guar, el fenogreco, la pectina, pero también algunas algas, como el alginato o el carragenato, son fuentes especialmente ricas en fibras hidrosolubles. Si se toman con agua antes de las comidas, se unen a ella en el estómago y el intestino delgado para formar una masa gelatinosa y viscosa que ralentiza la absorción de los azúcares e inhibe la reabsorción del colesterol intestinal excretado por el hígado. Esta masa gelatinosa causa asimismo una sensación de saciedad y reduce la cantidad de calorías absorbidas.

El propolmanano ayuda a controlar el apetito, los niveles de glucosa y de lípidos

El propolmanano es una fibra alimentaria natural, altamente purificada y patentada. Procede del Amorphophallus konjac, una planta tuberosa rara que se encuentra únicamente en las regiones montañosas del Norte de Japón.
El propolmanano es una fibra hidrosoluble que tiene un peso molecular particularmente alto. La utilización de una tecnología puntera ha permitido reducir el tamaño de la partícula, maximizando su densidad, pero conservando la viscosidad deseada. Una cápsula de 500 mg de propolmanano contiene mucha más fibra que la misma cantidad de cualquier otra planta. Se han retirado las enzimas naturales que contiene y que, de no hacerlo, causarían su degradación a lo largo de digestión.
Utilizado junto con una alimentación y un estilo de vida sanos, el propolmanano puede acelerar la pérdida de peso, a la vez que ayuda a normalizar los niveles de lípidos y de glucosa sanguíneos. Se realizó un estudio clínico en individuos jóvenes obesos a quienes se pidió que tomaran antes de cada una de las tres comidas del día un gramo de propolmanano, sin cambiar nada en su alimentación. Después de ocho semanas, los sujetos habían perdido en torno a 4,2 kg. El grupo de placebo solo había perdido de media un poco más de 750 g².
En otro estudio, la toma de propolmanano provocó en adultos una reducción significativa de los niveles de glucosa y de lípidos sanguíneos. Los sujetos a los que se administró un suplemento de propolmanano vieron descender su colesterol en 21,7 mg/dl, sus triglicéridos en 23,4 y el LDL en 15. En el grupo de placebo, el colesterol y el LDL habían aumentado y los triglicéridos disminuido muy ligeramente. En este estudio los sujetos no modificaron sus hábitos alimentarios y perdieron en torno a 2,5 kg al cabo de ocho semanas, mientras que los sujetos con placebo no experimentaron ningún cambio significativo.
El propolmanano favorece la pérdida de peso:
• Absorbe el agua y se hincha rápidamente en el estómago. Hace que aparezca rápidamente una sensación de saciedad, lo que favorece una disminución de la cantidad de calorías ingeridas.
• Impide la degradación y la asimilación de las grasas alimentarias al absorber los ácidos biliares en el intestino delgado para transportarlos a continuación fuera del organismo con total seguridad.
• Ralentiza el vaciado rápido de los alimentos del estómago en el intestino delgado y atenúa así el pico de glucemia postprandial que normalmente se produciría sin él. De este modo ayuda a limitar el aumento de peso.

El extracto de café verde estabiliza la glucemia y favorece la pérdida de peso

El café verde contiene ácidos cafeico, ferúlico y sobre todo, clorogénico, que tienen un sólido poder antioxidante. Desempeñan además un papel importante en la regulación de las concentraciones de azúcar sanguíneo gracias a su capacidad de inhibir la glucosa-6-fosfatasa, la enzima responsable de la producción hepática de la glucosa. El glicerol-5-fosfato deshidrogenasa se produce en los adipocitos para ayudar a convertir el azúcar sanguíneo, la glucosa, en almacenes de triglicéridos en las células adiposas. El control de esta enzima ayuda a reducir la cantidad de glucosa convertida en ácidos grasos en la sangre.
En un estudio realizado en 75 sujetos voluntarios con buena salud, la toma diaria de 90 mg de ácido clorogénico redujo entre un 15 y un 20% las concentraciones de glucosa sanguínea ³. El ácido clorogénico ejerce igualmente un efecto antagonista sobre el transporte de la glucosa y reduce la absorción por los intestinos, reduciendo así la glucemia.
El extracto de café verde favorece supuestamente la pérdida de peso al inhibir la absorción de la glucosa proveniente de la alimentación y reduciendo su asimilación en el intestino delgado. Parece así mismo frenar la capacidad del hígado de producir glucosa.
Un estudio clínico realizado en 50 personas de entre 19 y 75 años demostró que un extracto de café verde podía inducir una pérdida de peso. La toma diaria de 400 mg de extracto durante 60 días causó una pérdida del 5,5% en comparación con el peso inicial de sujetos cuyo índice de masa corporal era superior al 25 al comienzo del estudio⁴.

Pico de glucemia y de glucosa sanguínea y aumento de peso

Cuando predominan unas concentraciones de insulina y azúcar sanguíneos elevadas, la lipogénesis (producción y almacenamiento de grasas) y la síntesis de los triglicéridos se ven igualmente estimulados.
En determinadas personas diabéticas que no dependen de la insulina o en personas con sobrepeso, el mecanismo interno de liberación de glucosa puede ser mucho más activo de lo que debería, lo que aumenta las concentraciones de azúcar sanguíneo por encima de los valores normales. Una regulación a la baja de este proceso podría ser beneficioso para el control del azúcar sanguíneo y, en consecuencia, para la pérdida de peso.
Una persona insulinorresistente no solo tiene hambre con más frecuencia, sino que produce y deposita grasas más rápidamente que una persona sana. Se encuentra así encerrada en un círculo vicioso que hace que se sucedan unas ganas irresistibles de glúcidos, un consumo excesivo de alimentos, una hiperinsulinemia y el depósito de las grasas corporales.

La L-carnitina de fumarato aumenta la oxidación de las grasas

El fumarato de L-carnitina tiene un papel importante en el metabolismo energético:es uno de los transportadores de los ácidos grasos de cadena larga a través de las membranas de las mitocondrias, las centrales energéticas de la célula. Sin carnitina, los ácidos grasos no pueden penetrar fácilmente en la mitocondria, que los utiliza para producir energía.
Los estudios sugieren que un aporte suplementario de L-carnitina conlleva un aumento significativo de la oxidación de las grasas, sin que la síntesis de las proteínas se vea modificada⁵. Los estudios en animales no mostraron pérdida de peso. Sin embargo, otros trabajos en células humanas demuestran que la L-carnitina aumenta la oxidación de las grasas.

Las investigaciones clínicas demostraron la importancia del fumarato de L-carnitina por la quema de grasas y la pérdida de peso. Un estudio examinó los efectos de un aporte suplementario de fumarato de L-carnitina en los adolescentes con sobrepeso. Los resultados demostraron, al cabo de tres meses, que los adolescentes que se alimentaban de forma sana, hacían ejercicio físico y tomaban fumarato de L-carnitina perdían mucho más peso que aquellos que no lo tomaban.

La fucoxantina quema eficazmente las grasas

Los investigadores canadienses informaron recientemente de que la disminución del gasto de energía que se produce con el envejecimiento puede ser responsable del almacenamiento de entre 120 y 190 calorías adicionales cada día en el organismo, lo que se puede traducir por el aumento del 6 al 10 kg de grasa en un año.
En circunstancias normales, la energía química procedente de los alimentos se vierte en las moléculas de adenosina trifosfato (ATP) que las células utilizan como energía. Toda energía no utilizada procedente de las moléculas de ATP se almacena para un uso posterior, en forma de moléculas de grasa. Esta es la razón por la que se aumenta de peso en forma de grasa cuando se absorben más calorías de las que se gastan.
La termogénesis es el proceso de producción celular de energía en forma de calor que se puede desencadenar sin ejercicio físico por una proteína mitocondrial, la UCP1 (mitocondrial uncoupling protein 1).
La fucoxantina, un carotenoide, es el pigmento marrón que se encuentra en una cantidad importante en el alga marrón Undaria pinnatifida o wakame, utilizada en las ensaladas y las sopas miso japonesas. Los investigadores de la universidad de Hokkaido, en Japón, demostraron que la fucoxantina quema muy eficazmente las grasas. Los científicos japoneses han logrado demostrar en trabajos realizados en ratones que al estimular la producción de una proteína, la UCP1, capaz de oxidar las grasas y favorecer su degradación, la fucoxantina podía permitir una pérdida de peso de entre el 5 y el 10%. Demostraron igualmente que estimula la producción por el hígado de los ratones de DHA (ácido docosahexaenoico), un ácido graso de la familia de los omega-3 conocido por reducir los niveles de colesterol «malo» LDL )^{6, 7}.
Dos estudios a doble ciego, controlados con placebo, probaron en 150 mujeres con sobrepeso el efecto de la fucoxantina concentrada asociada a un régimen de 1800 kcal. Se realizó un seguimiento de las participantes durante 16 semanas. En el primer ensayo, el grupo al que se administró el suplemento de fucoxantina perdió de media 7 kg, frente a solo 1,5 kg en el grupo de placebo. En el segundo estudio, el ritmo metabólico de los sujetos que tomaban fucoxantina era claramente mucho más elevado que el de los sujetos que tomaban placebo.

Las gugulesteronas de Commiphora mukul regulan las células grasas

Las gugulesteronas, extraídas de Commiphora mukul, se utilizan desde hace miles de años en la medicina ayurvédica para tratar las artritis, la inflamación, las fracturas óseas, el sobrepeso o los trastornos del metabolismo de los lípidos.
Las gugulesteronas activan las enzimas lipolíticas y aumentan los niveles de la hormona tiroidea T3, probablemente al aumentar la conversión en el hígado de la T4 en T3 y estimular directamente la glándula tiroides. Su capacidad de estimular la glándula tiroides podría explicar en parte que puedan actuar sobre las concentraciones de colesterol y favorecer la pérdida de peso.
Los sujetos siguieron un programa de seis semanas que aunaba régimen, ejercicio físico y, para algunos de ellos, la ingestión de un suplemento nutricional que contenía gugulesteronas. Los sujetos que tomaron este último perdieron cerca de 5 kg de grasas, frente a solo 1,5 kg para aquellos que no recibieron el suplemento. Al mismo tiempo, la actividad de su glándula tiroides aumentó entre un 8 y un 10%⁸.
Un estudio celular examinó el efecto de las gugulesteronas en las células grasas. Los resultados demostraron que ejercen un efecto antiobesidad inhibiendo la diferenciación de los preadipocitos, al inducir la apoptosis y favorecer la lipólisis de los adipocitos maduros. Podrían por tanto desempeñar un papel importante en el tratamiento de la obesidad, regulando la cantidad y el tamaño de las células grasas⁹.

Aumentar el gasto energético estimulando la termogénesis

La termogénesis se puede estimular mediante determinados nutrientes. Cuando se estimula la termogénesis, el gasto energético aumenta y queda menos exceso de energía susceptible de ser almacenado en forma de grasa.
El metabolismo basal se corresponde con las necesidades energéticas incompresibles del organismo o, en otros términos, con el gasto de energía mínimo que permite que el organismo sobreviva. En reposo, el organismo consume energía para mantener activas sus funciones vitales (corazón, cerebro, respiración, digestión, mantenimiento de la temperatura corporal). El metabolismo basal depende de numerosos factores y, entre otros, del tamaño, el peso, la edad, el sexo o la actividad tiroidea. Las condiciones climáticas y la temperatura exterior influyen igualmente en el metabolismo basal.
El metabolismo de base (o basal) disminuye con los años. Una vez se llega a la edad adulta, se observa una reducción de entre el 2 y el 3% cada década. Un régimen demasiado severo reduce igualmente el metabolismo basal, lo que permite al organismo acumular aún más reservas y favorece el aumento de peso. Un actividad física regular ayuda en cambio a mantener el metabolismo basal a un nivel normal. Una restricción alimentaria sin práctica de ejercicio físico reduciría el nivel del metabolismo basal.
La termogénesis es el principal mecanismo de producción de calor y de termorregulación. El calor metabólico se genera a partir de la beta oxidación de los ácidos grasos extraídos del almacén de triglicéridos que se produce en el tejido adiposo marrón. Esta producción metabólica de calor está causada por las acciones de la noradrenalina y por la respuesta del organismo al frío.
Los estudios en animales demostraron que la termogénesis cae de forma significativa con el envejecimiento. Los investigadores formularon la hipótesis de que esta caída podría deberse a un descenso de la beta oxidación de los lípidos por el tejido adiposo marrón.
Cuando los individuos con sobrepeso cambian sus hábitos alimentarios y pierden peso, su organismo quiere mantener las reservas de grasas y tratar de minimizar estas modificaciones. Si las calorías se reducen, el ritmo metabólico disminuye para tratar de preservar las reservas de grasa. Es un medio natural de prevenir el hambre.
Un cierto número de nutrientes permite estimular la termogénesis y entre ellos, los polifenoles de té verde y extractos de cítricos, el extracto de Capsicum annum, la fucoxantina, el extracto de Garcinia cambogia y la teobromina del cacao

El 5-hidroxitriptófano, un precursor de la serotonina, ayuda a controlar el apetito

El 5-hidroxitriptófano (5-HTP) es el precursor de la serotonina, el neuromediador inhibidor. Se utiliza con frecuencia para compensar los efectos bulímicos relacionados con el estrés. Compensa igualmente el efecto estimulante de otros ingredientes de la formulación.
Los estudios demuestran que la serotonina afecta al comportamiento alimentario y al peso corporal. En los pacientes obesos se detectan niveles bajos de serotonina, que se asocian a un deseo de hidratos de carbono que genera un importante consumo de estos últimos. Un aumento de los niveles plasmáticos de serotonina se asocia con una disminución del consumo de alimentos, una reduccióndel peso y un aumento del gasto energético¹⁰.
Cuatro estudios en pacientes obesos demostraron que un aporte suplementario de 5-HTP causa una disminución de la ingestión de alimentos y, en consecuencia, una pérdida de peso.

La 7-ceto DHEA actúa sobre la termogénesis

La termo 7-ceto® DHEA es el nombre del componente químico patentado:la 3-acetil-7-oxo-dehidroepiandroesterona, un metabolito de la DHEA que aparece de forma natural, producido esencialmente en las glándulas suprarrenales y la piel (se cree que se produce igualmente en el cerebro).
La 7-ceto® estimula la actividad de tres enzimas termogénicas que aceleran la oxidación de los ácidos grasos en el hígado. Estas enzimas aceleradoras de la termogénesis son la acil-CoA oxidasa, la enzima málica y la deshidrogenasa glicerol-3-fosfato. Estas enzimas hacen que las células del hígado quemen los ácidos grasos, lo que conlleva una disminución de los triglicéridos en el hígado 11. Los estudios demuestran que un suplemento con la 7-ceto® estimula los niveles de estas enzimas de forma muy importante:un 128 % de aumento para la acil-CoA oxidasa, un salto de un 860% para la enzima málica y una aumento de un 138% de la deshidrogenasa glicerol-3-fosfato¹².
Los resultados de un estudio clínico realizado en sujetos sanos demostró, al cabo de entre cuatro y ocho semanas, una pérdida de peso y de masa grasa estadísticamente significativa en el grupo que recibía el suplemento y ningún efecto similar en el de placebo. En la octava semana, el grupo que recibía la 7-ceto® había perdido cerca de 3 kg y un 1,3% del porcentaje de masa grasa.
Se observó asimismo un aumento estadísticamente significativo de la actividad de la hormona tiroidea T3. Además, la T3 no había aumentado por encima de valores normales aceptables.
La hormona tiroidea T3 es un potente estimulante metabólico. Este grado de elevación aumenta probablemente el ritmo metabólico de los sujetos. Estos resultados indican que la 7-ceto®puede reducir de forma significativa y segura la masa grasa y el peso corporal cuando se combina con el ejercicio físico y un régimen de reducción de calorías. Estos resultados se obtienen gracias al aumento importante de los niveles de enzimas quemagrasas en el hígado y la elevación de la hormona tiroidea¹³.
Se realizó un estudio clínico en 45 sujetos para evaluar el efecto de la 7-ceto® en el ritmo metabólico en reposo. Los resultados revelaron que la administración de 7-ceto® a adultos con sobrepeso junto con una restricción calórica invertía el descenso del ritmo metabólico en reposo normalmente asociado a un régimen. La 7-ceto® asociado a una restricción calórica suponía un aumento del ritmo metabólico en reposo en un 1,4% por encima del ritmo basal frente a una reducción del 3,9% en el grupo que seguía solo un régimen hipocalórico¹⁴.

El peligro de las grasas abdominales

El exceso de grasa abdominal no solo es poco estética, sino sobre todo puede ser el signo de un síndrome metabólico que aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y diabetes.
Las grasas abdominales contribuyen al síndrome metabólico de dos formas porque están constituidas por dos tipos metabólicos diferentes, cada uno de los cuales se transporta en zonas diferentes. La grasa subcutánea que se acumula por debajo de la piel puede ser poco estética, pero no es peligrosa. La grasa visceral, situada en zonas profundas del abdomen, es, como ha demostrado la investigación, «una auténtica bomba de efecto retardado». Se sitúa bajo los músculos y rodea los órganos vitales. La acumulación progresiva de grasa visceral es una causa de insulinorresistencia, una de las primeras alteraciones metabólicas que causan el síndrome metabólico. Las células de la grasa visceral son metabólicamente activas y producen todo un abanico de hormonas peptídicas, como la angiotensina, y de las citosinas inflamatorias, como la proteína C-reactiva o la interleucina-6 (IL-6), que actúan sobre otras células a distancia para producir inflamación. La angiotensina actúa como un mediador químico o como un péptido de señalización que puede aumentar la presión sanguínea causada por la constricción de los vasos sanguíneos periféricos. Un aumento, incluso moderado, de la grasa visceral puede producir igualmente una inflamación mediable de las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos.
Se ha demostrado que la glabridina, el flavonoide más abundante en la raíz de regaliz, Glycyrrhiza glabra L. , reduce la grasa visceral. Tiene igualmente propiedades antioxidantes, así como la capacidad de reducir la glucemia. La glabridina regula la síntesis de las grasas, reduciéndolas, e incrementa la actividad de las enzimas responsables de la degradación de los tejidos adiposos.
Se creó un estudio de ocho semanas controlado con placebo para determinar la dosis eficaz de flavonoides de aceite de raíz de regaliz. Este estudio testó la ingestión de 300, 600 y 900 mg diarios en sujetos con sobrepeso (56 hombres y 28 mujeres). En el grupo que tomó la dosis de 900 mg se observó una reducción significativa del peso corporal, del índice de masa corporal y de la masa grasa tras cuatro y seis semanas de ingestión¹⁵.

Una crema para luchar contra la celulitis

La celulitis afecta a entre el 80 y el 95% de las mujeres, independientemente de su peso (un tercio de las mujeres que tienen celulitis son delgadas). Los depósitos de grasa subcutánea dan a la piel un aspecto irregular, ondulado y poco atractivo. Estos depósitos se localizan principalmente en los muslos, la pelvis y las caderas.
Celulitis significa literalmente inflamación de las células, pero se corresponde de hecho con un aumento de la cantidad y el volumen de los adipocitos donde se acumula la grasa en la hipodermis. A ello se añade un fenómeno de retención de agua ligado a una mala circulación venolinfática y un posible desequilibrio hormonal entre estrógenos y progesterona que influye en la permeabilidad capilar. Por último, con el tiempo se puede formar una fibrosis periadipocitaria. El tejido conjuntivo se rigidifica por la fijación de la glucosa sobre las fibras de colágeno. El tejido de sostén se ve alterado y envejece más rápido.
La utilización diaria de una crema rica en activos que actúan sobre diferentes fenómenos:la maduración de los adipocitos, el almacenamiento y la reducción del almacenamiento de la grasa y la circulación sanguínea puede mejorar de forma notable el aspecto de la piel.

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