
Hace ya varios años que circula la información en las redes sociales. Sería posible «
sobrevivir a un infarto cuando se está solo » alternando una inspiración profunda de dos segundos con una
tos muy vigorosa hasta que vengan los servicios de urgencias o que el corazón vuelva a latir normalmente. Los autores comparan este truco, que existe en varias versiones, con una reanimación cardiopulmonar (RCP) que se supone que aporta oxígeno a los pulmones y masajea el corazón.
¿Es pertinente este consejo?
En realidad, usted lo ha adivinado, este mensaje no tiene ningún valor científico. Un infarto se produce cuando un coágulo impide que la sangre circule normalmente en la arteria coronaria, la arteria que irriga el corazón. Así pues, éste último está mal irrigado, lo que conduce a la destrucción de una parte del músculo cardiaco: el miocardio se contrae menos bien (provocando los primeros síntomas del infarto), y, si no se hace nada, el corazón puede dejar de latir completamente.
Para evitar este final fatal, una tos vigorosa no sirve absolutamente para nada. Al contrario, podría aumentar el riesgo de sucumbir al mismo al movilizar esfuerzos inútiles y por tanto necesidades suplementarias de oxígeno. Lo que hay que hacer es
desatascar la arteria lo más rápido posible , y desgraciadamente sólo los servicios de urgencias pueden lograrlo.
Es difícil explicar por qué se ha extendido este rumor. Es posible que las personas que han escrito el mensaje hayan confundido el infarto con la arritmia cardiaca supraventricular (también denominada fribrilación auricular). Para este tipo tan específico de arritmia, toser puede a veces restablecer el ritmo cardiaco.
Por tanto, si usted reconoce los síntomas característicos del infarto de miocardio, enumerados a continuación,
lo mejor que puede hacer es llamar a los servicios de urgencias y permanecer tumbado, inmóvil y los más tranquilo posible . Los primeros síntomas del infarto son:
• Dificultad para respirar;
• Ahogo;
• Cara roja y piel sudorosa;
• Transpiración repentina;
• Dolor o sensación de presión en el pecho;
• Impresión de indigestión repentina;
• Náuseas o vómitos;
• Debilidad y mareo;
• Estado de shock.
Estos síntomas son fácilmente reconocibles pero desgraciadamente hay infartos silenciosos durante los cuales las víctimas no notan ningún síntoma. Estos infartos suceden principalmente en personas que padecen diabetes. Pero, sea cual sea su forma, los infartos, que afectan cada año a más de 100.000 franceses, sería
mortal en casi un 15 % de los casos . Por tanto, es urgente interesarse en la
prevención, sobre todo para las personas que acumulan factores de riesgo como el tabaquismo, el sobrepeso, el alcohol, la falta de actividad física, la alimentación desequilibrada y una edad avanzada. Para ello, la actividad física regular y la nutrición son los dos medios preventivos más eficaces: se recomienda en particular el consumo de ácidos grasos omega 3
1,2 (presentes en abundancia en el pescado graso o en complementos naturales como
Super DHA (del inglés Docosahexaenoic Acid – Ácido docosahexaenoico) ) y antioxidantes (abundantes en las frutas y verduras frescas, o en fórmulas muy estudiadas como el
Cardio-Clear™ o el
Cardio Booster).
En resumen, si usted desea compartir un artículo sobre esta epidemia mortal, ¡comparta mejor éste!
Fuentes:
1- Bucher HC, Hengstler P, et al. N-3 polyunsaturated fatty acids in coronary heart disease: a meta-analysis of randomized controlled trials. Am J Med. 2002 Mar;112(4):298-304.
2- Hooper L, Thompson RL, et al. Risks and benefits of omega 3 fats for mortality, cardiovascular disease, and cancer: systematic review. BMJ. 2006 Apr 1;332(7544):752-60. Review.