Una piel bien preparada para broncearse mejor

¿Ponerse o no ponerse al sol? Esa es la cuestión que se plantea todos los años cuando vuelven los días buenos. Por una parte el miedo al cáncer de piel, por otro el temor a una falta de vitamina D… ¿Y si bastase sólo con encontrar equilibrio correcto y con elegir sustancias naturales que permitan estimular el bronceado por una parte y proteger las células epiteliales contra los rayos ultravioletas por otra?

Mejorar la tolerancia al sol

Cuando el sol equivale a radiodermatitis, piel enrojecida, irritaciones y picores, la estación estival se convierte en sufrimiento para algunas personas. Para aumentar la tolerancia al sol de las pieles más reactivas, que se queman fácilmente, es imperativo contar con:

- Los carotenoides que se detallan más abajo (betacaroteno, luteína, zeaxantina…) ya que numerosos estudios han demostrado que el consumo cotidiano de varios carotenoides mejoraba sensiblemente la fotoprotección y la tolerancia al sol.
- Los omega 3 , y especialmente el EPA (ácido eicosapentanoico) . Al disminuir las tasas de prostaglandinas E2, reducen la inflamación cutánea, aumentan la tolerancia a los rayos ultravioletas ¹ y disminuyen el riesgo de cáncer de piel ². Así pues pueden tomarse cápsulas de EPA o de Kril en el desayuno y en la cena. En efecto, estos camarones minúsculos que habitan las aguas frías del Antártico son especialmente ricos en EPA y DHA (ácido docosahexaenóico).
- El Polypodium leucotomos, un tipo de helecho de las regiones tropicales y subtropicales de América que calma y protege la piel de las radiaciones ultravioletas (UV) tanto a nivel celular como sistémico. Su consumo, quince días antes de los primeros rayos y luego durante toda la duración de la exposición es un medio eficaz y seguro para disminuir de manera significativa los eritemas, las erupciones cutáneas, las urticarias y para limitar los daños fotoinducidos por los rayos UV en el ADN que, a largo plazo, constituyen un factor de riesgo de cáncer cutáneo.

Optimizar la calidad del bronceado

La clase de antioxidantes que mejora no solamente la tolerancia al sol, sino que además refuerza la pigmentación de la piel y protege los diversos tejidos en contacto directo con la luz (piel, ojos) es la de los carotenoides. En efecto, estas sustancias naturalmente presentes en la alimentación tienen la capacidad de estimular la producción de melanina, el pigmento responsable del bronceado y que da ese bonito color a la piel. Entre estos, los más eficaces son:

- El betacaroteno natural . Precursor de la vitamina A, es conocido tradicionalmente por sus virtudes protectoras de las células epiteliales y por su eficacia para broncear progresivamente la tez. Hoy en día se sabe que es esencial equilibrar su acción con la del alfacaroteno. Así pues es juicioso tomarlos juntos.
- El licopeno. Es el carotenoide más abundante de la piel. De acuerdo con algunos estudios, su consumo atenúa de manera notable la ocurrencia del eritema solar en las personas sensibles y reduce casi a la mitad la intensidad de las quemaduras producidas por el sol y los ataques celulares más profundos.
- La luteína y la zeaxantina , a menudo asociadas en los alimentos y el organismo, están presentes principalmente en la mácula, una región central de la retina, que filtra la luz azul. Son antioxidantes específicos de la visión que protegen el ojo del estrés oxidativo. Estos dos carotenoides actúan también en sinergia con los otros dos para proteger la piel de los efectos de los rayos ultravioletas.
- La astaxantina. Sintetizada naturalmente por el alga Haematococcus pluvialis, es asimismo un poderoso antioxidante para las zonas cutánea y ocular. Posiblemente tiene incluso efectos superiores a los del betacaroteno. A nivel ocular, aumenta el flujo sanguíneo en la retina y protege el cristalino contra los efectos nefastos de los radicales libres.
Los carotenoides son más eficaces cuando se ingieren juntos. Entonces actúan sinérgicamente como lo hacen en la naturaleza. Los suplementos que los suministran deben consumirse preferentemente al mediodía o por la tarde con un poco de materia grasa o suplementos de ácidos grasos a fin de aumentar la biodisponibilidad y de suministrar ácidos grasos específicos que limitan el resecamiento cutáneo.

La Melaline® es también una sustancia nueva, aprobada clínicamente, que acelera el bronceado de forma natural. Proviene de un hidrolizado de queratina procedente de la lana de oveja negra, naturalmente rica en melanina.
Su actividad se manifiesta en:

- La pigmentación inmediata al cabo de solamente 10 días de la ingesta diaria, haciendo la piel más pigmentada a las dos horas siguientes a la exposición a los rayos UVA.
- La pigmentación retardada, estimulando las células epidérmicas (queratinocitos y melanocitos), aportando así un bronceado intenso y duradero.

Limitar el envejecimiento cutáneo asociado a la exposición del sol

Durante el verano, bajo la influencia del sol, la concentración en lípidos de la capa de protección cutánea (Stratum corneum) se reduce y la piel se seca. Además, sin protección solar, los rayos ultravioletas son extremadamente nocivos para las células profundas de la epidermis porque provocan lesiones a veces irreversibles a nivel de los tejidos de sostén.
Entre los signos visibles, se pueden observar arrugas antiestéticas a la altura de la cara, el cuello y el pecho y toda una serie de otros signos cutáneos: rugosidades, rojeces, escamas, piel tirante, picores, inflamaciones.

Para luchar contra el resecamiento cutáneo asociado a las exposiciones solares, hace falta actuar en las ceramidas, unos componentes esenciales de la barrera hidrolipídica de la piel, que representan más de un tercio del cemento intercelular. Como esto ha quedado ampliamente demostrado por tres estudios clínicos concluyentes y concordantes, la ingesta oral de ceramidas, procedentes de granos de trigo , mejora de manera significativa la hidratación, la elasticidad y la salud de las pieles desecadas por el sol.

El aceite de espino amarillo , estandarizado en ácido palmitoleico, un ácido graso omega 7, permite también frenar el envejecimiento cutáneo inducido por el sol al hidratar la piel, haciéndola más suave y más elástica y al reducir el número y la profundidad de las arrugas.

El consumo de un extracto patentado de Uncaria tomentosa, el AC-11®, aumenta igualmente de manera significativa la producción natural de colágeno de tipo III en el tejido cutáneo, devolviéndole así la suavidad de las pieles jóvenes. Aumenta el proceso de autocuración y permite reparar el ADN dañado por la exposición al sol.

A fin de limitar el estrés oxidativo, es a menudo deseable recurrir a la L-ergotioneína, un ácido aminado derivado de la L-histidina, capaz de contrarrestar el efecto de los mediadores implicados en el fotoenvejecimiento cutáneo, a razón de 5 mg al día durante todo el periodo estival.

Y finalmente, para reparar los tejidos dañados de la barrera cutánea y para proteger la piel del fotoenvejecimiento, se recomienda recurrir al ácido ursólico , extraído de las hojas del níspero de Japón y utilizado tradicionalmente con este fin.

Así pues, la alimentación y los suplementos nutricionales desempeñan funciones esenciales en la protección de la epidermis y el consumo de ciertas sustancias naturales antes de, durante y después de la exposición al sol, prepara la piel, la protege contra ciertos efectos de los rayos solares, optimiza el bronceado y lo prolonga incluso después de las vacaciones.

Estos suplementos ya los recomienda la mayoría de los dermatólogos. Su consumo antes de la exposición al sol y durante todo el periodo estival permite:

- Preservar el recurso tan esencial que es el sol y disminuir las quemaduras producidas por el mismo,
- Luchar contra los daños provocados por los rayos ultravioletas en las células cutáneas y oculares,
- Limitar la radiodermatitis estival,
- Evitar el resecamiento, las arrugas y las manchas antiestéticas sinónimas de envejecimiento,
- Estimular la producción de melanina y tener así un bronceado intenso y duradero limitando al máximo los perjuicios de los rayos ultravioletas.

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Referencias
Rhodes LE, Durham BH, Fraser WD, Friedmann PS. Dietary fish oil reduces basal and ultraviolet B-generated PGE2 levels in skin and increases the threshold to provocation of polymorphic light eruption. J Invest Dermatol. 1995 Oct;105(4):532-5 Rhodes LE, Shahbakhti H, Azurdia RM, Moison RM, Steenwinkel MJ, Homburg MI, Dean MP, McArdle F, Beijersbergen van Henegouwen GM, Epe B, Vink AA. Effect of eicosapentaenoic acid, an omega-3 polyunsaturated fatty acid, on UVR-related cancer risk in humans. An assessment of early genotoxic markers. Carcinogenesis. 2003 May;24(5):919-25