El superalimento que absorbe el mercurio

Si habitualmente come pescado y marisco o crustáceos, le presentamos una sencilla estrategia que puede interesarle.

Existe un alga muy conocida que tiene la capacidad de unirse al mercurio (y a otros metales pesados como el plomo, el cadmio, etc.).
Se denomina chlorella.
La chlorella se vende (barata) en sencillas cápsulas. Se encuentra evidentemente en su forma biológica.
Cuando se come pescado o productos del mar y se teme un aumento de metales pesados en el cuerpo, se puede sencillamente tomar una cápsula de chlorella a mitad o al final de la comida.
De este modo, las moléculas de mercurio y otros metales pesados se unirán directamente a la chlorella en su estómago, antes incluso de que las absorba su intestino, y usted las eliminará por la vía intestinal normal.

Es un medio sencillo, práctico y barato de evitar que los metales pesados se acumulen con demasiada rapidez en su cuerpo. Y ello evitar que realice una auténtica «quelación», cuyos inconvenientes para la salud y coste son importantes (ver más adelante).

Porqué los pescados y el marisco contienen mercurio

El mercurio elemental reacciona en los medios acuáticos para formar un compuesto orgánico tóxico: el metilmercurio (MeHg). El metilmercurio, presente en concentraciones bajas en el agua del mar o en los sedimentos, se concentra y se acumula en los tejidos de los organismos vivos a lo largo de la cadena alimentaria: es la «bioacumulación». Es la razón por la que se encuentra en los predadores de los niveles superiores de la cadena alimentaria, que son la mayoría de los grandes pescados que consumimos: atún, cazón, lucio, pez espada.

Por lo que respecta a los mariscos y crustáceos, mejillones, ostras, vieras, bogavantes y langostas filtran constantemente el agua del mar y retienen además en sus tejidos una parte de los metales que se encuentran en ella de manera natural o porque el hombre las ha desechado en los océanos.

Ello no quiere decir que haya que dejar de comer mariscos y crustáceos. Al contrario, a pesar de los metales pesados, diversos estudios científicos mostraron que siguen siendo beneficiosos para la salud. Aportan proteínas de buena calidad y omega-3. El consumo de pescado dos veces por semana reduce notablemente el riesgo de depresión en un 25 % en las mujeres [1].

Pero tomar en cada comida en que se ingieran productos del mar una simple cápsula de clorela reducirá enormemente la absorción de los metales presentes en estos alimentos.

Por qué no hay que dejar que el mercurio se acumule en el cuerpo

El mercurio es un metal pesado. Es nocivo para el sistema nervioso. Cuando penetra en el cuerpo (por el tubo digestivo o la piel), se fija en los tejidos adiposos (grasos), entre ellos, por desgracia, el cerebro, que está formado en un 80 % por grasas.

A continuación, ejerce efectos perjudiciales que bloquean las enzimas, lo que causa problemas neurológicos. Es especialmente peligroso para el cerebro del feto y recientemente se ha asociado a la hiperactividad.
Es un inconveniente que seguirá empeorando en los años venideros, debido al aumento de los contaminantes en los mares y los océanos.
Sin embargo, (como siempre) hay que evitar el catastrofismo. Muchos gurús de Internet exageran la gravedad y sobre todo la frecuencia de las intoxicaciones por mercurio. Por lo general, son las mismas personas que le aconsejan a continuación un protocolo de quelación (protocolo de eliminación de los metales pesados) a base de plantas y de productos naturales, que en realidad son ineficaces para este problema.
Si se trata de una auténtica intoxicación por mercurio, se ha de tomar de forma seria, pero es mucho menos frecuente de lo que se imagina. Puesto que son poco frecuentes, también son más difíciles de diagnosticar por un médico, que solo se alarma si la intoxicación es flagrante, por ejemplo, en el caso de un niño que rompe un termómetro de mercurio y se lo lleva a la boca o en caso de accidente industrial.

La quelación (eliminación de metales pesados) es eficaz contra las enfermedades cardíacas

También se ha demostrado científicamente en la actualidad que la quelación conlleva beneficios para la salud, en particular contra las enfermedades cardíacas.
Durante un congreso organizado por la American College of Cardiology en San Francisco, los investigadores presentaron los resultados de un estudio realizado en 1700 personas en el que la quelación de los metales pesados mejoró de manera significativa la salud de personas que ya habían sufrido un accidente cardiovascular. El responsable del estudio, el Dr. Lamas, declaró durante el congreso: «Hemos transformado lo que era una terapia alternativa dudosa en ciencia real y hemos tenido unos resultados impresionantes».
Pero estos protocolos de quelación requieren la utilización de moléculas químicas capaces de atrapar en mercurio en las células grasas, donde queda encerrado. Al atrapar el mercurio estos medicamentos eliminan además otros nutrientes. Por este motivo siempre hay que acompañar la quelación de la toma de un complemento multivitamínico y minerales.
En el estudio citado anteriormente, solo las personas que siguieron una quelación tomando multivitamínicos redujeron realmente el riesgo de padecer un nuevo accidente cardiovascular (disminución significativa del riesgo de un 26 %) [3]

Pero en todos los casos, lo ideal es evitar llegar a este punto.

Si una persona se ha intoxicado realmente con mercurio y su salud es frágil, el protocolo de eliminación, que “liberará” bruscamente y “pondrá en circulación” una cantidad importante de moléculas de mercurio que el organismo había “aislado”, “enquistado” y vuelto inofensivas de manera paciente y sabia, puede ser peligroso.

Por este motivo, el enfoque que yo recomiendo no es el enfoque brutal, la «quelación» integral que le limpiará en profundidad en varios días o semanas de todos los metales pesados.


Elimine los metales acumulados con el tiempo y de forma suave


Nuestro organismo dispone de una molécula natural capaz de eliminar el mercurio de manera progresiva.
Pero el proceso es lento. Sobre todo, se ve dificultado por la llegada constante de nuevos contaminantes.
De ahí el interés de limitar la absorción de metales pesados siempre que se pueda.
Por esta razón recomiendo el consumo regular de chlorella, un alga que tiene la capacidad de unirse a los metales pesados contenidos en la alimentación y conducirlos fuera del cuerpo de forma suave. De este modo permite a su cuerpo eliminar con el transcurso del tiempo los metales acumulados.
La cantidad de chlorella recomendada para optimizar el fenómeno es de 4 gramos cada vez que ingiera pescado, marisco o crustáceos.

Cuidado con la elección de la chlorella

Tenga cuidado de asegurarse del lugar de procedencia de la chlorella, ya que en la medida que atrae los metales pesados y los contaminantes, puede contaminarse con facilidad. Es una planta que limpia el planeta al igual que limpia nuestro cuerpo, por lo que solo debe cultivarse y envasarse de conformidad con las normas de pureza más estrictas.

Asegúrese por tanto de comprar la chlorella a un vendedor de confianza que acepte facilitarle las fichas de los análisis técnicos que garantizan la ausencia de contaminantes.

Formule estas preguntas a la empresa que le proporcione la chlorella:

¿Con qué frecuencia analizan los lotes de chlorella?
¿Cuenta con certificados de respecto a las condiciones de producción de la agricultura biológica?
¿La clorela procede de un medio natural o de estanques artificiales (estos son más fáciles de controlar)?
¿El productor comprueba el grado de contaminación con metales pesados?

Aquí puede encontrar la clorela que cumple estos criterios de calidad (enlace accesible).
Se cultiva conforme a un riguroso pliego de condiciones establecido por el Ministerio de Agricultura alemán y cuenta con el certificado BIO.
Los estanques de cultivo están situados en zonas protegidas y alejadas de zonas urbanas, industriales y agrícolas. El agua utilizada para cultivar es un agua que se somete constantemente a análisis (pH, residuo, …).
Cada lote se analiza antes de su comercialización: análisis de clorofila, carotenoides, proteínas, pesticidas, metales pesados (plomo, arsénico, mercurio), bacterias (estafilococos, salmonelas…).

Virtudes complementarias

Los efectos beneficiosos de la chlorella no se limitarán únicamente a protegerle de los metales pesados.

Se trata de hecho de una planta con una calidad nutritiva excepcional. Después de la última guerra, incluso se creyó que se podría resolver el problema de la sobrepoblación, pero su producción requiere demasiados cuidados y, por tanto, es demasiado costosa como para que pueda servir de alimento básico.
La chlorella contiene un 60 % de proteínas y todos los aminoácidos esenciales, lo que la convierte en un alimento excelente para los vegetarianos. Además, es rica en vitaminas B, GABA (para la moral), folato, vitamina B12 y hierro.
Sus virtudes para la salud son muy numerosas. Podría ser eficaz contra la fibromialgia, reducir ligeramente la hipertensión y tener un efecto preventivo del cáncer, según los estudios realizados en animales.
¡A su salud!
Jean-Marc Dupuis
Esta carta es una adaptación de un artículo inicialmente publicado en santenatureinnovation.com con su aprobación.

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Bibliografía:



[1] Smith K. longitudinal Associations Between Fish Consumption and Depression in Young Adults. Am. J. Epidemiol. (2014) doi: 10.1093/aje/kwu050 First published online: April 15, 2014
[2] Arch Pediatr Adolesc Med. 2012;():1-9.
[3] Lamas GA, et al. Randomized comparison of high-dose oral vitamins versus placebo in the Trial to Assess Chelation Therapy (TACT). ACC meeting 2013.