Un estudio publicado en el « Journal of the American Medical Association » (JAMA) revela que una secreción insuficiente de melatonina podría aumentar el riesgo de diabetes de tipo 2. El riesgo asociado a las concentraciones más bajas aumentaría más del doble.
La glándula pineal sintetiza de forma natural la melatonina (N-acetil-5-metroxitriptamina) a partir de un aminoácido esencial contenido en los alimentos y los complementos: el triptófano.
Las concentraciones de melatonina están estrechamente relacionados con el ritmo sueño/vigilia y más concretamente con la alternancia entre luz y oscuridad. Así, durante el sueño, las concentraciones de melatonina son entre 5 y 15 veces más altos que durante el día, lo que permite la regulación de los ritmos circadianos. Sintetizada por lo general hacia las 21 h, se observa un pico en plena noche, entre la 1 y las 3 h, para volverse indetectable hacia las 9 h de la mañana.
La melatonina, administrada en complemento, se utiliza por tanto de manera habitual como prevención o tratamiento de los trastornos del sueño y el insomnio.
Melatonina y diabetes
Biológicamente, los receptores de melatonina se encuentran en el páncreas y, al contrario, los receptores de insulina en la glándula pineal. En los animales, la ingestión de melatonina tiene un efecto protector frente a la diabetes y mejora incluso el equilibrio lipídico (colesterol y triglicéridos). Algunos estudios transversales realizados en el ser humano han vinculado igualmente unas tasas bajas de melatonina plasmática con el síndrome metabólico y la diabetes.
“Es la primera vez que se ha establecido una asociación entre la secreción nocturna de melatonina y el riesgo de diabetes de tipo 2".
Un análisis retrospectivo llevado a cabo sobre participantes en el NHS (Nurses Health Study) y publicado en el JAMA, acaba de confirmar los resultados ya obtenidos en animales o durante estudios clínicos limitados que demuestran que unas concentraciones bajas de melatonina por la noche aumentan en más del doble el riesgo de diabetes, en comparación con unas concentraciones elevadas.
Para este estudio, los investigadores identificaron 370 mujeres de la misma edad, etnia y que presentaban una diabetes de tipo 2, y otras 370 mujeres de la misma cohorte que no tenían ningún signo de esta enfermedad.
A partir de los datos medidos al inicio del estudio en 2000, compararon los resultados de las muestras de orinas matinales, y más específicamente la proporción “6-sulfoximelatonina (el metabolito mayor de la melatonina/creatinina” con el fin de calcular la secreción de melatonina.
Constataron de este modo que la secreción de melatonina variaba mucho según cada participante y que las concentraciones más altas recogidas eran cinco veces más elevadas que las más bajas.
Entre las participantes, las diabéticas tenían concentraciones bajas de melatonina durante la noche en comparación con el grupo sano. Según ellos, las tasas de melatonina bajas durante la noche se asocian a un riesgo de diabetes multiplicado por 2,17, en comparación con unas concentraciones elevadas. Y al contrario, la sensibilidad a la insulina, una hormona clave en el control de la glucemia y del peso, era mayor entre las mujeres que tenían las tasas más altas de melatonina.
Por supuesto, este vínculo se confirmó tras tener en cuenta otros factores que favorecen la diabetes, como la obesidad, los antecedentes familiares o el modo de vida (el régimen alimentario, la práctica de ejercicio físico, el tabaquismo y la duración del sueño).
Los autores estiman que “aunque los efectos de la melatonina endógena sobre el metabolismo de la glucosa en el ser humano se desconocen, los datos en animales y en los estudios de genética humana sugieren que una secreción baja de melatonina, o una señalización celular reducida, puede alterar la sensibilidad a la insulina y favorecer la diabetes de tipo 2”.
El Dr. Ciaran McMullan, uno de los autores de la investigación dice “esperar que este estudio llevará a otras investigaciones para examinar los efectos de la secreción de melatonina sobre el organismo y el papel de esta hormona sobre el metabolismo de la glucosa y el riesgo de diabetes”. Y que “Se necesitan trabajos suplementarios para determinar en qué medida el aumento de la secreción endógena de melatonina (por exposición prolongada a la oscuridad nocturna) o el aporte exógeno mediante complementos, podría aumentar la sensibilidad a la insulina y reducir la incidencia de la diabetes de tipo 2".
Así, mediante este nuevo estudio, convergen numerosos datos sobre los efectos de un mal dormir. Ya se sabía en el ámbito cardiovascular (HTA, insuficiencia cardíaca) y se confirma para la diabetes…
McMullan CJ, Schernhammer ES, Rimm EB, Hu FB, Forman JP. Melatonin secretion and the incidence of type 2 diabetes. JAMA. 2013 Abr 3;309(13):1388-96.