Efectos beneficiosos de los omega 3 marinos sobre la esperanza de vida de los ancianos

Un estudio reciente, publicado en línea en Annals of Internal Medicine, acaba de confirmar nuevamente la necesidad de los aportes de omega-3 de cadena larga, en particular en las personas de 65 años o más. En efecto, según este estudio, los ancianos que tenían unas concentraciones más elevadas de omega-3 en la sangre vivían de media 2,2 años más que aquellos cuyas tasas eran más bajas.

Los investigadores de las universidades estadounidenses de Harvard (Massachusetts) y del estado de Washington estiman así que en los ancianos con unas tasas sanguíneas más altas de omega-3 de cadena larga (EPA, DHA, DPA) el riesgo de mortalidad por todas las causas podría reducirse entre un 27 % y un 35 % en lo referente al riesgo cardiovascular.
Para llegar a estos resultados, los investigadores examinaron 16 años de datos estadísticos, procedentes de en torno a 2700 adultos estadounidenses de 65 años o más y que participaron en el estudio CHS (Cardiovascular Health Study) realizado por los Institutos nacionales de salud (NIH, por sus siglas en inglés). Los participantes procedían de cuatro estados (Carolina del Norte, Maryland, California y Pensilvania) y gozaban en general de buena salud al inicio del estudio.
El objetivo de esta investigación era determinar una asociación entre el consumo de pescado (visible mediante los marcadores sanguíneos) y la tasa de mortalidad.

El vínculo entre consumo de pescados denominados “grasos (atún, salmón, sardinas, arenque, caballa, trucha) y la reducción del riesgo cardiovascular ya es perfectamente conocido y validado, puesto que los omega-3 interviene en la comunicación celular y el funcionamiento de las células cardíacas. Además, otros estudios recientes evidenciaron que los ácidos grasos omega-3 alargan la longitud media de los telómeros, y así permiten actuar sobre uno de los procesos clave del envejecimiento celular.

Con este nuevo estudio, los autores pretendían aclarar los efectos de determinados ácidos grasos omega-3 de cadena larga (EPA – ácido eicosapentaenoico, DHA- ácido docosahexaenoico, DPA- ácido docosapentaenoico) sobre las restantes causas de mortalidad examinando de manera regular mediante la extracción de sangre, de los biomarcadores sanguíneos.

A partir de estos resultados, los investigadores constataron que los tres ácidos grasos de cadena larga, de forma individual y combinados, se asociaban a un riesgo significativamente más bajo de mortalidad.

- El ácido docosahexaenoico (DHA) está mucho más relacionado con un descenso del 40% del riego de muerte por enfermedad coronaria, en particular por arritmia,
- El ácido eicosapentaenoico (EPA) está relacionado con un riesgo menor de infarto de miocardio,
- El ácido docosapentanoico (DPA) se ha asociado de manera más importante con un menor riesgo de muerte por accidente cerebrovascular.

Y, en conjunto, los participantes en el estudio que tenían las tasas más altas de estos tres ácidos grasos presentaban un riesgo de mortalidad por cualquier causa un 27 % menor.

El Dr. Darius Mozaffarian, de la escuela de salud pública de Harvard, coautor de estos trabajos, explica que "El consumo de pescado rico en ácidos grasos omega-3 se considera desde hace tiempo un alimento sano pero pocas investigaciones habían evaluado hasta ahora los efectos beneficiosos de los ácidos grasos sobre la salud de los adultos de más edad. Además, los resultados confirman la importancia de unas concentraciones suficientes de omega-3 sanguíneas para la salud cardiovascular y hacen pensar que estos beneficios podrían prolongar la duración de la vida".