
En materia de higiene bucodental, usted no es de la clase de gente que pasa por alto las recomendaciones de los profesionales. Usted se cepilla los dientes tres veces al día, con un cepillo eléctrico, hilo dental e incluso uno de los últimos instrumentos comercializados para limpiar bien la lengua. Sin embargo, haría mejor en revisar su actuación:
la Association Dentaire Française (Asociación Dental Francesa) acaba de desbaratar, con ocasión de su último congreso, estos pseudoconsejos que se escuchan indiscriminadamente en los anuncios publicitarios.
2 veces al día, ¡es suficiente!
Sin duda usted no ignora que su boca aloja a miles de millones de microorganismos. Se calcula que hay más de
1.000 especies diferentes , la mayoría de las cuales son beneficiosas para nuestra salud. Están las que flotan en el medio bucal, y luego están las que prefieren adherirse a superficies sólidas como la lengua o los dientes. Cuando usted se enjuaga la boca, después del cepillado, unas proteínas se unen instantáneamente al esmalte de sus dientes, formando la biopelícula salivar sobre la que se van a aglutinar las primeras bacterias. Estas colonizadoras pioneras son seguidas rápidamente por otras especies para formar un hábitat complejo donde cohabitan bacterias que se ayudan mutuamente y que desempeñan una función protectora contra las bacterias patógenas
1. Juntas, éstas construyen y forman una barrera, gracias a sus productos de secreciones, que se hace cada vez más robusta a medida que pasan las horas
2.
En sí misma, esta placa no constituye un peligro inmediato ya que las bacterias que se desarrollan allí son normalmente beneficiosas
3. El problema es que nosotros podemos romper el equilibrio harmonioso que se ha creado en cualquier momento, y favorecer el desarrollo de bacterias patógenas.
Esta ruptura del equilibrio puede producirse cuando comemos
alimentos ricos en glúcidos , y especialmente glúcidos muy sencillos como la sacarosa. El principio es sencillo: los residuos azucarados se unen a la placa dental y hacen las delicias de ciertas bacterias patógenas como
Estreptococo mutans y Estreptococo sobrinus (Streptococcus mutans et Streptococcus sobrinus) . Éstas están equipadas para transformarla en ácido láctico, un compuesto que va a crear un entorno hostil para las demás bacterias y a la vez va a estropear el diente, pero éstas también pueden utilizar el azúcar para formar enormes cadenas glucídicas que aseguran la cohesión de los gérmenes entre ellos. Cuanto más numerosos son estos aportes azucarados, más pululan estas bacterias, perturbando totalmente a las poblaciones bacterianas en equilibrio. La formación de la caries está en marcha.
El cepillado de dientes entonces va a permitir a la vez
desprender la biopelícula que aloja las bacterias patógenas , pero también
eliminar los trozos de alimentos azucarados que permiten su desarrollo. Sin un aporte excesivo y repetido de azúcares, cuyo consumo no ha despegado realmente más que hasta el Neolítico, la caries dental no tiene ninguna posibilidad de declararse.
Pero desde hace poco, se sabe que la formación de esta placa dental es más lenta de lo que se pensaba: según los últimos estudios, le lleva alrededor de 12 horas regenerarse. También se sabe que un cepillado excesivo estropea la superficie de los dientes a largo plazo.
He aquí por qué la UFSBD (Union Française pour la Santé Bucco-Dentaire - Unión Francesa para la Salud Bucodental) recomienda ahora cepillarse los dientes 2 veces al día , una vez por la mañana y otra vez por la noche y
masticar un chicle después de la comida del medio día para utilizar las propiedades naturales de la saliva.
Estimular la saliva: el beneficio de los chicles
La acumulación de la biopelícula dental se produce sobre todo en los lugares estancados que no están sujetos a los movimientos de la lengua y
al flujo salival .
El flujo salival es muy importante para la higiene bucodental: disminuye el tiempo de contacto de los glúcidos con la superficie de los dientes y tiene una acción antibacteriana natural debido a la lactoperoxidasa, que induce la síntesis de productos tóxicos para las bacterias, y a la lactoferrina, que inhibe el metabolismo del hierro necesario para su crecimiento. Éste también es capaz de disminuir la acidez del medio, favorable a las bacterias patógenas. Además, uno se da cuenta del papel indispensable de la saliva en el equilibrio bucodental cuando las glándulas se ven afectadas en ciertas enfermedades y en el curso del envejecimiento.
Así pues, nuestro organismo tiene las armas para oponerse a la caries, ¡pero hay que permitirles que las utilice! La alimentación moderna es mucho más azucarada, ya se ha dicho, pero también es más líquida: una textura así reduce considerablemente la masticación y la secreción salival, favoreciendo el desarrollo de las caries y de las patologías periodontales. Las ingestas repetidas, relacionadas con el picoteo y la multiplicación de los alimentos azucarados pegajosos o líquidos (como los sodas), que se quedan retenidos más tiempo en la boca, desbordan completamente el poder de amortiguación de la saliva.
¡Esto explica la rehabilitación del chicle (evidentemente sin azúcar)! A día de hoy,
ningún otro alimento provoca un estímulo de salivación igual con una contribución casi nula al aporte calórico. Al estimular la masticación, éste permite que la saliva se oponga a la progresión de la biopelícula dental y que reduzca su acidez.
¿Cómo elegirlo? Lo ideal es elegir un chicle que contenga xilitol como el
Mastic Gum Elma 50. Los estudios han mostrado que este compuesto refuerza el poder antibacteriano de la saliva
4. Su utilización es sencilla: basta con masticarlo durante 30 minutos después de una comida o después de haber picado algo azucarado.
¿Un cepillo de dientes eléctrico? Se permite la duda
Se supone que los cepillos de dientes eléctricos quitan más placa dental que los cepillos manuales. Pero los estudios que lo apoyan, a menudo financiados por fabricantes de cepillos eléctricos, se apoyan en el hecho de que los utilizadores de cepillos clásicos posiblemente tienden a no apoyarse lo suficiente fuertemente sobre los dientes. Otros estudios muestran sobre todo que a largo plazo, los cepillos de dientes eléctricos son muy abrasivos y estropean el esmalte de los dientes
5. Desde el momento en que cada vez más personas mayores de 75 años tienen todavía sus propios dientes, es un problema que no hay que descuidar.
No se cepille la lengua: es totalmente contraproductivo
En la boca, todo es una historia de armonía. Es el desequilibrio de esta armonía el que precipita la llegada y la colonización de las bacterias patógenas.
¡Y no hay nada peor para el equilibrio que cepillarse la lengua! Su superficie está colonizada por microorganismos que luchan permanentemente contra las bacterias patógenas: frotarla con un cepillo de dientes es por tanto el mejor medio de disminuir sus propias defensas y la eficacia de las papilas gustativas
6. Y si usted teme que su lengua sea responsable de un mal aliento, esté tranquilo: en la casi totalidad de los casos, éste está relacionado con la placa dental o con las prótesis extraíbles
7. Esa es la razón por la que, a su vez, la
Association Dentaire Française (Asociación Dental Francesa) acaba de condenar esta práctica.
Probióticos orales para combatir todos los problemas bucodentales
Más que eliminar las bacterias beneficiosas, una de las terapias más prometedoras consiste en favorecer su multiplicación con ayuda de
probióticos orales.
Unos ensayos clínicos han demostrado que ciertos probióticos orales (especialmente las bacterias del género Lactobacillus spp. (varias especies del género Lactobacillus) y Bifidobacterium spp. (varias especies del género Bifidobacterium) tenían el poder de controlar el desarrollo de los microorganismos patógenos causantes de las caries
8. Dos mecanismos entran en juego:
- Una interacción directa con la placa dental , debido a la competición feroz que hay con otras bacterias para los nutrientes. Los probióticos permiten reequilibrar las diferentes poblaciones oponiéndose al desarrollo de las bacterias que han acaparado demasiado espacio 9.
- La modulación del sistema inmunitario: los probióticos son capaces de rehabilitar las células inmunitarias alteradas por los patógenos, modular la producción de los mensajeros químicos y disminuir los niveles de inflamación, causantes de numerosas enfermedades de la boca.
En definitiva, estos probióticos orales son
una auténtica bendición para las personas que tienen trastornos bucodentales (especialmente problemas de caries, de mal aliento o de periodontitis), pero también para las personas que padecen de una falta de saliva, generalmente personas de más de 60 años o personas que fuman.
Este envejecimiento de las glándulas salivares, unido a una masticación más débil con la edad, abre la puerta a bacterias patógenas y a enfermedades que llevan inevitablemente... a la pérdida de los dientes. No se repite lo suficiente:
¡la descarnadura de los dientes no está asociada a la vejez, sino esencialmente a las enfermedades bacterianas!
el 45 % de las personas mayores de 75 años afirman haber perdido todos sus dientes:¿cuántos habrían podido evitarlo estando mejor informados y siendo más previsores? ¿Cuántos habrían deseado poder beneficiarse de tratamientos revolucionarios como
Oral Health, una combinación de probióticos que contienen las especies beneficiosas más estudiadas de la cavidad oral? Habida cuenta la simplicidad de su utilización (el contenido de un stick que se echa en la boca una vez al día), sería una pena privarse de éste...
Referencias
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