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27-02-2019

Demencia y Alzheimer: 300.000 españoles no saben que están afectados por estas enfermedades (y esta cifra va a triplicarse de aquí a 30 años)

Un hombre víctima del Alzheimer

Pérdida de identidad, desaparición de los recuerdos, dependencia, falta de reconocimiento de las personas cercanas… Reconozcámoslo, difícilmente puede haber algo peor que la enfermedad de Alzheimer. Si usted ya ha tenido la desgracia de tener contacto con esta cruel enfermedad, sabrá hasta qué punto es terrible esta dramática situación y usted no se la desearía a nadie.


Desgraciadamente, la enfermedad continúa su avance inexorable: más de 50 millones de personas están afectadas en el mundo, de las cuales hay 600.000 en España y la cifra se prevé que se triplique de aquí a 30 años. De estos enfermos, un nuevo estudio revela que aproximadamente un 60 % ignora totalmente que está afectado. “Una parte inmensa de la población padece demencia sin saberlo “afirma el profesor Halima Amjad, uno de los autores del estudio. “Si la enfermedad no es todavía grave y las personas son capaces de realizar correctamente sus tareas cotidianas, los síntomas de la pérdida cognitiva pasan desapercibidos.”


Sin embargo, este retraso en el diagnóstico hace mucho mal: un tratamiento rápido permite retrasar el deterioro progresivo de las facultades cognitivas y de la memoria relacionado con la destrucción de las células nerviosas. En efecto, se sabe que las primeras lesiones relacionadas con la enfermedad de Alzheimer aparecen en el cerebro como mínimo de 10 a 15 años antes de la aparición de los primeros síntomas : alteración de la memoria a corto plazo (acontecimientos de las horas o de los días anteriores, nombre de las personas nuevas que se ha conocido, reproducción del menú de la semana, etc.) y dificultad para retener información nueva (nuevo número de teléfono, palabras de una lista, etc.).


La medicina no permite a día de hoy curar la enfermedad de Alzheimer, pero varios enfoques terapéuticos combaten el proceso patológico y atenúan los síntomas, especialmente a nivel cognitivo. Además de prescribir medicamentos (especialmente destinados a aumentar la concentración de acetilcolina en ciertas áreas del cerebro), los médicos animan vivamente a los enfermos a hacer ejercicio físico y entrenamiento mental (lectura, juegos de reflexión, aprendizaje, juegos de memoria), contribuyen al apoyo social (indispensable para mantener los circuitos neuronales) y establecen un plan de acción a nivel nutricional. Sobre este último punto hay un consenso respecto a tres nutrientes para atenuar los síntomas de las primeras etapas:


  • El DHA (del inglés Docosahexaenoic acid – ácido docosahexaenoico) , un ácido graso omega 3 de origen marino, reconocido oficialmente por ser capaz de conservar las funciones cognitivas. Éste penetra en las membranas celulares de las neuronas y las hace más flexibles, lo que facilita la comunicación entre las neuronas y contribuye a conservar los circuitos neuronales. Doce estudios han permitido establecer una relación entre el consumo de omega 3 de origen marino y la reducción del riesgo de padecer demencia o la enfermedad de Alzheimer (1-6).
    Dosis: 500 mg de DHA al día, en dos o tres veces, durante 3 meses como mínimo.
  • Los bilobálidos , unas terpenolactonas contenidas en los extractos de Ginkgo biloba que refuerzan la resistencia de las neuronas frente a los elementos oxidantes (7-8). Varios estudios clínicos y metaanálisis muestran que los extractos de Ginkgo biloba alivian los síntomas que se manifiestan durante las primeras etapas de la enfermedad (9-11).
    Dosis: 60 mg de extracto de Ginkgo biloba estandarizado en terpenolactonas , 3 veces al día, durante 3 meses como mínimo.
  • La huperzina A, un alcaloide de origen vegetal que inhibe la producción de acetilcolinesterasa (una enzima que reduce la concentración de acetilcolina en el cerebro). Varios estudios muestran que ésta mejora varios parámetros de la función cognitiva como la memoria, el comportamiento y el aprendizaje.
    Dosis: de 200 a 400 µg deHuperzine A (Huperzina A) al día, en dos tomas, durante un periodo de 8 a 12 semanas.

Para que estas medidas tengan tiempo de expresar plenamente su potencial y ralenticen el avance de la enfermedad, es necesario que el diagnóstico sea precoz. Y todas las esperanzas están permitidas, ya que, en julio de 2018, unos investigadores han desvelado una inteligencia artificial capaz de detectar los primeros signos de la enfermedad a partir de miles de imágenes procedentes de las imágenes médicas en 3D. ¡Su algoritmo permitiría detectar la enfermedad más de 6 años antes que el diagnóstico clínico tradicional! A la espera de que esta herramienta de tecnología punta se democratice, habrá que continuar contando con la prevención, cuidando especialmente de rodearse de las personas más cercanas a usted: a menudo son éstas las que detectan las primeras anomalías…


Estudio principal del artículo:
Johns Hopkins Medicine. "Majority of older adults with probable dementia are likely unaware they have it, study suggests: Less education and unaccompanied medical visits linked to lack of formal diagnosis or awareness of diagnosis." ScienceDaily. ScienceDaily, 17 July 2018.


Referencias

  1. Panza F, Solfrizzi V, et al. Mediterranean diet and cognitive decline. Public Health Nutr. 2004 Oct;7(7):959-63.
  2. Larrieu S, Letenneur L, et al. Nutritional factors and risk of incident dementia in the PAQUID longitudinal cohort. J Nutr HealthAging. 2004;8(3):150-4.
  3. Morris MC, Evans DA, et al. Consumption of fish and n-3 fatty acids and risk of incident Alzheimer disease. Arch Neurol. 2003 Jul;60(7):940-6.
  4. Solfrizzi V, Panza F, Capurso A. The role of diet in cognitive decline. J Neural Transm. 2003 Jan;110(1):95-110. Review.
  5. Cognitive performance among the elderly and dietary fish intake: the Hordaland Health Study. Nurk E, Drevon CA, Refsum H, et al. Am J Clin Nutr. 2007 Nov;86(5):1470-8.
  6. Omega-3 fatty acids and dementia. Cole GM, Ma QL, Frautschy SA. Prostaglandins Leukot Essent Fatty Acids. 2009 Aug-Sep;81(2-3):213-21. Epub 2009 Jun 12. Review.
  7. Abdel-Kader R, Hauptmann S, Keil U, et al. Stabilization of mitochondrial function by Ginkgo biloba extract (EGb 761). Pharmacol Res. 2007;56(6):493–502.
  8. Eckert A, Keil U, Kressmann S, et al. Effects of EGb 761 Ginkgo biloba extract on mitochondrial function and oxidative stress. Pharmacopsychiatry. 2003;36(Suppl 1):S15–23.
  9. Wettstein A. Cholinesterase inhibitors and Gingko extracts--are they comparable in the treatment of dementia? Comparison of published placebo-controlled efficacy studies of at least six months’ duration. Phytomedicine 2000 Jan;6(6):393-401.
  10. Birks J, Grimley EV, Van Dongen M. Ginkgo biloba for cognitive impairment and dementia. Cochrane Database Syst Rev. 2002;(4):CD003120. Review.
  11. Effects of Ginkgo biloba in dementia: systematic review and meta-analysis. Weinmann S, Roll S, Schwarzbach C, et al. BMC Geriatr. 2010 Mar 17;10:14. Review.
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