Terapias anticancerosas: las bayas aumentan la eficacia de los tratamientos

Todo el mundo conoce a una persona en su entorno que ha tenido que afrontar la radioterapia, para vencer al cáncer, es la realidad diaria para 200.000 personas cada año, con más o menos éxito: se calcula que alrededor del 40 % de los cánceres se curan con esta terapia, sola o asociada a otros tratamientos.
Es una terapia especialmente pesada en la medida en que destruye no solo las células cancerosas, sino también las células sanas circundantes, pero hay compuestos químicos capaces de mejorar su eficacia. Unos investigadores de la Universidad de Missouri precisamente acaban de mostrar que se encontraban este género de moléculas en los arándanos ¹, que por tanto forman parte de lo que se denominan radiosensibilizadores.

¿Qué es un radiosensibilizador?

Cuando se expone una parte del cuerpo a las radiaciones, se espera infligir daños suficientes como para provocar la muerte de las células cancerosas. Lo más frecuente es que se trata de una muerte ordenada por la propia célula, consecutiva a la acumulación de daños estimados como demasiado importantes. Para matar las células por necrosis, es decir rompiendo la membrana celular o dinamitando los orgánulos, habría que exponer al organismo a dosis de radiación demasiado peligrosas para su integridad. Por tanto, uno está limitado a esperar causar suficientes daños al ADN para que la propia célula ponga fin a sus días.
El problema es que algunas células cancerosas no están muy afectadas por los rayos ionizantes, como es el caso de los tumores hepáticos o los tumores que presentan zonas mal oxigenadas. En ausencia de oxígeno, las células cancerosas registran menos daños en el ADN que las otras porque éstas padecen pocas especies reactivas de oxígeno (los famosos “radicales libres”). Además, las células cancerosas mejoran su capacidad para reparar las lesiones provocadas por las radiaciones, se dice que los tumores adquieren una tolerancia a la radioterapia ². Entonces hay que aumentar la intensidad de los rayos lo más cerca posible de la dosis máxima tolerable para provocar daños irreparables, lo que forzosamente perjudica a los tejidos normales que se encuentran en la proximidad.
Para mejorar la eficacia de los rayos, se utiliza entonces compuestos químicos que se denominan radiosensibilizadores. La mayoría del tiempo, estos compuesto van a impedir a las células que reparen los daños provocados por las radiaciones , perturbando uno o varios de los numerosos mecanismos de la reparación ³. También es posible que éstos amplifiquen las lesiones del ADN o que favorezcan un momento del ciclo celular donde la radiosensibilidad está al máximo ⁴. En todos los casos, éstos refuerzan la eficacia de la radioterapia.

Arándanos para inducir la apoptosis en las células cancerosas

Los investigadores han estudiado en laboratorio la evolución de una acumulación de células cancerosas tras una exposición a radiaciones ionizantes. Como resultado de esta experiencia, éstos han registrado una disminución del 20 % del número de células, mientras que esta disminución pasaba al 70 % cuando la exposición a los rayos iba acompañada de la aplicación de un extracto de arándanos en el tumor. Después, los investigadores han podido identificar los mecanismos moleculares causantes de este efecto: es el contenido de resveratrol y de flavonoides de arándanos (y de bayas en general) el que se supone que reduce el mecanismo de proliferación de las células cancerosas y favorece la entrada en apoptosis, la muerte ordenada por las propias células ^5-7. En definitiva, es un poco como si los compuestos contenidos en los arándanos lograran convencer a las células cancerosas de atentar contra su propia existencia más fácilmente disminuyendo el umbral de daños necesarios para poner en marcha el proceso.
Hasta ahora, se reconocía el consumo de bayas para mejorar el estado de personas que padecen cáncer, sea cual sea su estadio. Se atribuían estas virtudes a la riqueza excepcional de estas frutas en antioxidantes. A partir de ahora hay que incluir sus probables propiedades de radiosensibilizadores que le permiten mejorar la eficacia de los tratamientos, especialmente el de la radioterapia. Las personas que deseen beneficiarse de esta formidable ayuda tienen la opción de elegir entre el consumo de frutas frescas o el aporte complementario de productos concentrados como el Wild Maqui Berry (bayas silvestres de maqui) o elOptiberry, que contiene arándanos, pero también arándanos rojos y saúco.

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Referencias
1. Kristoffer T. Davidson, Ziwen Zhu, Qian Bai, Huaping Xiao, Mark R. Wakefield, Yujiang Fang. Blueberry as a Potential Radiosensitizer for Treating Cervical Cancer. Pathology & Oncology Research, 2017; DOI: 10.1007/s12253-017-0319-y
2. Gewirtz DA et al. Promotion of autophagy as a mechanism of radiation sensitization of breast tumor cells. Radiother Oncol 62 :323-328, 2009.
3. Seiwert TY, Salama JK and Vokes EE, The concurrent chemoradiation paradigm-general principles. Nat Clin Pract Oncol 4 :86-100, 2007.
4. Pawlik TM and Keyomarsi K, Role of cell cycle in mediating sensitivity to radiotherapy. Int J Radiat Oncol Biol Phys 59 :928-942, 2004.
5. Yi W ; Fischer J Krewer G, Akoh CC (2005), Phenolic compounds from blueberries can inhibit colon cancer cell proliferation and induce apoptosis, J Agric Food Chem 53(18) :7320-7329.
6. Wedge DE et al. 2001, Anticarcinogenic activity of strawberry, blueberry and raspberry extracts to breast and cervical cancer cells. J Med Food 4(1) :49-51.
7. Routray W, Orsat V (2011), Blueberries and their anthocynanins factors affecting biosynthesis and properties. Compr Rev Food Sci Food Saf 10(6):303-320.